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«Ahora hay un liderazgo pobre porque no es un liderazgo humilde»

Humano - Comportamiento humano

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Conversaciones con… Miguel Ángel Martín

Kike Cortés, director de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública SKR, conversa con Miguel Ángel Martín, autor del libro El directivo estoico y miembro del claustro de profesores del centro de formación que auspicia el encuentro.

MARTA GÓMEZ PEÑARRUBIA

Desde su experiencia como altos funcionarios que han desempeñado puestos de responsabilidad en la Administración Pública, ambos inauguran este espacio de entrevistas evaluando los pecados de los directivos públicos y privados.

Cortés y Martín analizan la aportación del estoicismo a la labor de dirección en cualquiera de sus ámbitos: «El directivo público está constreñido por el proceso político, el directivo privado está constreñido por el beneficio y a ambos les viene muy bien la sensatez, la reflexión, la serenidad del estoicismo», asegura el entrevistado.

El anfitrión pregunta por las cuatro competencias del estoicismo y extrae del invitado interesantes reflexiones:

  • Pensar en términos estratégicos. Significa «tener una visión de conjunto que ha de condicionar las decisiones que tomemos en lo personal y lo profesional».
  • Aprender y perfeccionarse. «Empieza por el autoconocimiento de uno mismo y de los propios límites» y debe enriquecerse con la formación, explica.
  • Motivar y liderar personas. «Ahora hay un liderazgo pobre porque no es un liderazgo humilde. Nadie lo puede saber todo ni controlarlo todo». El líder, argumenta, «es el que se rodea de los mejores, sin que le importe que sean incluso mejores que él», pero debe saber reconducir los esfuerzos de su equipo hacia un objetivo común.
  • Concentrarse en los resultados. En el ámbito de la empresa la evaluación es de los beneficios económicos, aunque, afortunadamente, dice, cada vez más se valoran otros aspectos. En el ámbito político los resultados están gobernados por los programas electorales «y eso distorsiona el cumplimiento de otras medidas».

«Es un libro que reivindica el copyright de los clásicos»

Pasar a puestos de retaguarda en la Administración ha permitido a Miguel Ángel Martín dedicarse a profundizar en la lectura de los clásicos y a plasmar en El directivo estoico (Dextra Editorial) los paralelismos que ha encontrado con figuras contemporáneas. De Séneca a Steve Jobs, de Cicerón a Peter Drucker, el autor halla «una convergencia notable entre autores del estoicismo romano y autores del management clásico contemporáneo. Cuando le preguntamos cómo describiría su propia obra contesta convencido: «Es un libro que reivindica el copyright de los clásicos. Hay que saber lo que han dicho otros; si no, difícilmente vas a poder hacer una aportación original».

Profundizando un poco más, añade que El directivo estoico «da una visión del mundo con un diagnóstico de cómo es el mundo actual, cómo influye ese mundo actual en el mundo de las organizaciones y en el mundo de los directivos como máximos responsables». Reconoce que la idea va más allá de lo original, «sería obra de un friki si no estuviera sólidamente demostrada y razonada», concluye jocoso.

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