La experiencia de cada opositor es muy diferente. Cada uno se enfrenta a unos retos y a unas dificultades distintas y es importante buscar las herramientas que mejor funcionen en cada caso particular.
Inés Leiva aprobó la oposición al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado (CSACE) en julio de 2021 dedicándose a tiempo completo a estudiar porque, nos cuenta «he tenido la suerte de poder hacerlo». Laura Lobato, en cambio, «tenía claro que quería seguir trabajando, aunque implicara tardar más en sacar la oposición», no quería apostarlo todo y quedarse sin la ‘red’ de su experiencia profesional si no lograba sacar la plaza. Por eso también preparó al mismo tiempo el acceso al CSACE y a la Escala Técnica de Gestión de Organismos Autónomos (ETGOA), especialidad Empleo, subespecialidad Migraciones consiguiendo finalmente plaza en su segunda opción. Luis Platas también compaginó el último tramo de preparación al Cuerpo de Gestión de la Administración Civil del Estado (CGACE) con una interinidad como funcionario gracias a la bolsa de empleo de la primera vez que se presentó.
Las motivaciones también son únicas, pero la mayoría de los opositores suelen buscar en el empleo público la estabilidad y la seguridad que no siempre encuentran en el ámbito privado. También juega un papel importante la vocación, aunque, como nos explica Inés, sea de un modo más abstracto: «Creía que no tenía una vocación, pero durante la carrera entendí que mi vocación era de servicio público«. Su interés por la cultura, además, la empujó a querer trabajar en esa área desde la Administración.
Luis se siente identificado, su experiencia en el tercer sector como trabajador social, con una asociación de ayuda a niños con enfermedades neurodegenerativas, le empujó a buscar su futuro laboral al otro lado: «Me interesaba mucho la parte de gestión de las subvenciones, de los recursos en el ámbito sanitario y los derechos sociales» y ahora puede desarrollar su carrera profesional sin dejar de lado su vocación inicial. Es la ventaja de los cuerpos generalistas, nos cuenta, que las opciones de puestos son de una gran variedad.
Para Laura es fundamental poder compaginar su carrera en la Administración Pública con su labor docente en la universidad, no solo durante la preparación de la oposición, sino también ahora, a la espera de conocer su primer destino como funcionaria. Esta duplicidad, asegura, la ha ayudado a relativizar y sobrellevar mejor la presión del estudio o la frustración por no sacar todos los temas al ritmo que le hubiera gustado. Y en este punto nos recuerda ese temor que sobrevuela sobre todo opositor: que no todo el mundo lo consigue. Ante este pensamiento inevitable, lanza un consejo: «Si no sale no pasa nada, no es tu vida. Es algo importante, pero no pasa nada. Te da una formación transversal que te puede servir».
En esto están de acuerdo los tres interlocutores, «hay que saber conocerse y cuando estás fuerte ir a tope y cuando estás flojo escucharte, darte tus tiempos», explica Luis. Todos asienten porque, como resume Inés: «Hay que priorizar la salud mental. No sirve de nada sacar una plaza si lo haces a costa de lo que tú eres».
Otro consejo que comparten Inés, Luis y Laura es la necesidad de apoyarse en el entorno más cercano, pero también en los compañeros de oposición. En cierta medida son rivales, pero también compañeros y, de nuevo coinciden, son quienes mejor te entienden.
